Apoyar a los seres queridos con un trastorno alimentario

Cuando descubre que un amigo o familiar tiene un trastorno alimentario, es natural sentirse preocupado, ansioso, enojado y confundido. Antes de intentar intervenir y decir algo, recuerde que un trastorno alimentario¹ es una condición de comportamiento compleja que no se puede solucionar con una simple conversación. En realidad, se necesita bastante tiempo y paciencia antes de que su ser querido se sienta lo suficientemente cómodo para hablar con usted sobre sus problemas.

Esta guía lo ayudará a comprender todo lo que necesita saber sobre estos trastornos y las mejores formas de apoyar a alguien que los padece.

¿Cuándo deberías hablar?

Si sospecha que un amigo o familiar tiene un trastorno alimentario, puede ser difícil determinar cuándo debe hablar. Es posible que le preocupe decir algo incorrecto o que ni siquiera tenga un trastorno alimentario. Sin embargo, si está realmente preocupado, lo mejor que puede hacer para ayudarlos es comunicarse. Esto es especialmente cierto si comienza a notar alguna de las siguientes señales de alerta que pueden indicar que su amigo o familiar sufre un trastorno alimentario:

Restricciones alimentarias

  • Evitar las comidas o inventar excusas para evitar situaciones que involucren alimentos 

  • Obsesivamente leyendo etiquetas o contando calorías

  • Prohibir ciertos grupos de alimentos o tipos de alimentos y comer solo porciones pequeñas

  • Desarrollo de situaciones alimentarias restrictivas

  • Tomar estimulantes recetados como Adderall, pastillas para adelgazar o incluso drogas ilegales 

Atracones o excesos 

  • Ocultar alijos de alimentos ricos en calorías, como dulces o chocolate.

  • La desaparición de una gran cantidad de alimentos en un corto período de tiempo.

  • Paquetes de comida vacíos escondidos en el fondo de la basura

  • Aislamiento, principalmente cuando se dan atracones, para que no sean descubiertos.

Purgarse o hacer cosas para compensar el hecho de comer

  • Viajes frecuentes al baño después de comer

  • Bañarse, ducharse o abrir el agua después de comer para ocultar el sonido de la purga

  • Tomar laxantes o diuréticos

  • Usar enjuague bucal o perfume para enmascarar el olor a vómito

  • Períodos de ayuno o ejercicio intenso después de comer

  • Quejarse con frecuencia de malestar estomacal, estreñimiento o diarrea

  • dientes descoloridos

Problemas con la imagen corporal

  • Comentarios frecuentes sobre sentirse gordo o preocuparse por aumentar de peso

  • Usar ropa de gran tamaño o varias capas para ocultar su cuerpo y cualquier aumento de peso.

  • Preocupación extrema por el peso, como pesarse constantemente o criticar su cuerpo

  • Peso constantemente fluctuante

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Cómo hablar con alguien con un trastorno alimentario

Si está listo para hablar con alguien sobre su trastorno alimentario, no debe abordar sus inquietudes durante una comida o mientras come. Más bien, es mejor encontrar un tiempo a solas donde puedas hablar con ellos en privado. Comience haciéndoles saber lo que ha observado y que está preocupado por ellos. Puede mencionar cómo los notó dirigiéndose al baño cada vez que comen o cómo parece que comen muy poco en la cena. Asegúrese de hacerles saber que está preocupado por ellos y su bienestar.

Mientras mantiene esta conversación, no se desanime si su ser querido no quiere hablar o niega que haya un problema. El objetivo principal de esta conversación es simplemente hacerles saber que usted está ahí para ellos mientras escucha genuinamente lo que tienen que decir y les ofrece la compasión y el apoyo que necesitan. Al abrir esta línea de comunicación y mostrarles que no estás allí para juzgar, puede ayudarlos a abrirse a ti cuando estén listos.

Qué evitar decir cuando se habla de un trastorno alimentario

Aunque su conversación puede tener buenas intenciones, es importante entender que hay una forma correcta e incorrecta de abordar este tema delicado. Antes de tener esta discusión con su amigo o familiar, asegúrese de entender qué tipo de comentarios debe evitar:

No les dé un ultimátum: a menos que la persona que le preocupa sea un niño pequeño, no puede obligarlos a recibir tratamiento. Esta es su decisión, por lo que darle un ultimátum solo creará una presión adicional y podría generar más negación o secreto si no se siente cómodo hablando contigo al respecto.

No haga comentarios sobre su apariencia: es probable que ya sean muy conscientes de su cuerpo. Es por eso que incluso las garantías sobre lo bien que se ven pueden resultar contraproducentes. En cambio, es mejor mantenerse alejado de cualquier conversación relacionada con su peso y apariencia y enfocarse en discusiones relacionadas con sus sentimientos. 

No intente dar soluciones simples: los trastornos alimentarios no son un problema simple que pueda solucionarse con una solución rápida. Si lo fueran, la gente no los sufriría por tanto tiempo. 

No los avergüence por su trastorno alimentario. Declaraciones como “tienes que comer” no son útiles. Las declaraciones de “tú”, en general, parecen acusatorias y pueden hacer que la persona no quiera continuar con la conversación. En su lugar, intente concentrarse en los mensajes “yo” que pueden indicarle a la persona cuán preocupado está por ella. Por ejemplo, “Estoy preocupado por ti cuando te oigo vomitar en el baño”.

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Cómo alentarlos a buscar ayuda

Además de mostrarle a su amigo o familiar que está allí para ayudarlos, también debe alentarlos a recibir tratamiento. Cuanto más tiempo continúe el trastorno alimentario, más dañino puede llegar a ser, incluso fatal, por lo que es importante instarlos a que consulten a un profesional médico lo antes posible.

Un profesional médico puede evaluar los síntomas de su ser querido, brindarle un diagnóstico y hacer recomendaciones para el tratamiento. También pueden determinar si existen otras afecciones relacionadas con el trastorno alimentario que puedan requerir intervención médica, como un trastorno de ansiedad, abuso de sustancias o depresión.

Si su ser querido no está seguro de qué médico necesita ver, su médico de cabecera o médico general es un excelente lugar para comenzar. Sin embargo, los dietistas que tienen experiencia en el manejo de trastornos alimentarios, o incluso los terapeutas, también son excelentes alternativas. Para obtener más información sobre los tipos de tratamiento disponibles, también puede consultar organizaciones como la Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación,² que proporciona directorios de tratamiento y derivación para quienes padecen un trastorno de la alimentación.

Si su amigo o familiar duda o se niega a ver a un médico, pídales que solo se hagan un chequeo físico para ayudar a aliviar sus preocupaciones. Incluso puede ser útil si te ofreces a programar su cita o si les dices que puedes ir con ellos si así lo desean.

Padres: ¿qué pueden hacer para ayudar a su hijo a recuperarse?

No hay nada más estresante para un padre que ver sufrir a su hijo y no poder hacer nada al respecto. Sin embargo, debe saber que hablar con su hijo y buscar la ayuda adecuada para él puede marcar una gran diferencia en el éxito del tratamiento del trastorno alimentario.

Involúcrate con ellos

Si su hijo sufre de un trastorno alimentario, puede que le resulte difícil abrirse o socializar con usted y los demás. Si sigues pasando tiempo con ellos fuera de las comidas e involucrándolos en actividades que no giran en torno al ejercicio o la alimentación, puedes demostrarles que estás ahí para apoyarlos.

escuchar a los médicos

Dependiendo del plan de tratamiento de su hijo, es posible que deba estar completamente a cargo de sus comidas. Esto ayudará a su hijo a restablecer un patrón de alimentación saludable e interrumpir algunos de sus comportamientos problemáticos relacionados con los trastornos alimentarios, incluidos el ejercicio excesivo, los atracones y las purgas. Una vez que el médico sienta que los comportamientos de su hijo están bajo control, es posible que le pidan que ayude a monitorear a su hijo para asegurarse de que no vuelva a caer en los viejos hábitos.

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Evita las luchas de poder

No intente obligar a su hijo a comer cuando no quiere. Esto solo conducirá a más secretos y mentiras. Sin embargo, esto no significa que no pueda trabajar en estrategias para responsabilizar a su hijo por su comportamiento para ayudarlo a cambiar. Por ejemplo, si su hijo se niega a comer, puede intentar decirle que si no come, no puede salir a jugar porque le preocupa que se enferme o se lastime debido a su estado vulnerable. Solo asegúrese de hacerles saber que esto no es un castigo, solo una preocupación médica.

El detalle

Cuando se trata de trastornos alimentarios, es importante comprender que cada persona es diferente y que no existe una solución rápida. Un trastorno alimentario suele ser una lucha de por vida, con contratiempos a lo largo del camino hacia la recuperación. Al mostrarle a su amigo o familiar con un trastorno alimentario que lo ama y lo apoya, puede hacer una gran diferencia para ayudarlo a recuperarse.

La mayoría de los artículos sobre Microbiio han sido escritos por Martin Passen.La nutrición es tanto su interés profesional como su pasión personal.Martin Passen trabaja como educador en nutrición, tiene una maestría en educación nutricional y está cerca de completar una maestría en nutrición clínica y dietética.

A lo largo de sus años de trabajo en programas de educación comunitaria, ha visto de primera mano lo útil que puede ser la información presentada de la manera correcta .

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